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Blog de Fisioterapia Sevillano

Automanipulación Cervical

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¿ES MALO CRUJIRSE EL CUELLO? A menudo me hacen esta pregunta en consulta, pacientes que, por norma general, se crujen el cuello varias veces al día porque sienten la necesidad y dicen que así se liberan. Vamos a explicar qué es lo que sucede cuando manipulamos la columna y, a continuación, sus beneficios y perjuicios. Existe la creencia de que, cuando nos crujimos el cuello y escuchamos el “crack” es porque tenemos un bloqueo vertebral y lo hemos desbloqueado, pues bien, no es así. Cuando nos realizamos una automanipulación, lo que movemos es la vértebra superior o inferior a la que está “bloqueada” o hipomóvil, es decir, estamos dándole movilidad a una vértebra que ya tiene hipermovilidad. ¿Qué ocurre si constantemente seguimos hipermovilizando estas vértebras? Por lo pronto, que podemos dañar las estructuras que le dan estabilidad, es decir, los ligamentos y músculos. Si lo hacemos una vez muy de vez en cuando no hay problemas significativos, lo malo ocurre cuando se convierte en algo recurrente.

Entonces, ¿qué significa ese “crack” que escuchamos? Cuando se realiza una manipulación vertebral, la fuerza aplicada separa las superficies articulares de una articulación sinovial completamente encapsulada, que a su vez crea una reducción de la presión dentro de la cavidad articular. En este entorno de baja presión, algunos de los gases que se disuelven en el líquido sinovial (que se encuentran naturalmente en todos los fluidos corporales) abandonan la solución, formando una burbuja o cavidad que se colapsa rápidamente sobre sí misma, lo que provoca un sonido de «clic». Se cree que el contenido de la burbuja de gas resultante es principalmente dióxido de carbono. Los efectos de este proceso permanecerán durante un período de tiempo conocido como el «período refractario», durante el cual la articulación no puede ser «re-crujida», que dura unos veinte minutos, mientras que los gases se reabsorben lentamente en el líquido sinovial. Existe alguna evidencia de que la laxitud del ligamento puede estar asociada con una mayor tendencia a la cavitación. ¿Se relaciona entonces el “crack” con la recolocación de la vértebra? La respuesta es NO. ¿Y por qué los pacientes dicen notar alivio cuando lo oyen? Realmente es un efecto placebo, se liberan endorfinas y se nota sensación de bienestar, pero estamos creando más hipomovilidad o bloqueo en la zona realmente afectada. Cuando lo realiza un profesional, busca mediante distintos tests la zona hipomóvil y realiza el impulso justo en esta zona, es más, muchas veces no es necesario escuchar el crujido para realizar esta liberación, incluso no siendo imprescindible realizar una manipulación para liberar esa vértebra, ya que hay múltiples técnicas que van a llevar a lo mismo. Riesgos de realizar una mala manipulación cervical: - Pinzamiento de alguna raíz nerviosa: de las vértebras cervicales salen muchas raíces nerviosas que inervan músculos y órganos, como el diafragma, entre otros. Si dañamos alguna de estas raíces nerviosas, se lesionarán directamente estas estructuras. - Desgarro de algún vaso sanguíneo: hay cuatro arterias que suministran sangre al cerebro, las dos arterias carótidas a cada lado del cuello, y las dos arterias vertebrales en la parte posterior del cuello. - Tensión o bloqueo muscular: crujirse en exceso el cuello también puede tensar los músculos alrededor de las articulaciones y las articulaciones mismas, ya que éstos se ponen rígidos como método de defensa al intentar llevar la articulación a una posición extrema. Cuando los músculos o las articulaciones se tensan, mover el cuello puede ser una tarea desagradable. - Favorece la aparición de artrosis. ¿Y qué debemos hacer para no provocar esto? Pues es fácil, evitar crujirse el cuello uno mismo a través de un movimiento extremo del mismo. Aunque parezca provocar alivio, lo único que se genera es un mal hábito que se repetirá y provocarán más problemas que soluciones a la larga. Debemos intentar ir realizándolo cada vez menos y sustituirlo por estiramientos (que también generan sensación de bienestar), ejercicios de fortalecimiento o movilizaciones suaves. De igual forma, lo ideal es acudir a un especialista y que valore tu caso y te explique cómo solucionar a esa hipermovilidad.