El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y fascias que se encuentran en la zona baja de la pelvis cerrándola, situados en forma de “hamaca”, sobre los cuales reposan los órganos pélvicos, al igual que da estabilidad a la columna y la pelvis.
Hay diversas razones por las que el suelo pélvico puede debilitarse a lo largo de nuestra vida, tales como el embarazo, la menopausia, la obesidad, el estreñimiento, hacer deporte o la cirugía. Es importante saber que no solo tienen problemas de suelo pélvico las mujeres, sino también los hombres.
¿Qué tipo de disfunciones podemos tener al no tener el suelo pélvico en un estado óptimo?
- Incontinencia urinaria.
- Incontinencia fecal.
- Prolapsos pélvicos.
- Problemas durante las relaciones sexuales (falta de sensibilidad, dolor durante el coito, ausencia de orgasmos…).
Con un buen trabajo fisioterapéutico del suelo pélvico, podemos conseguir lo siguiente:
- Aprender a reconocer y ubicar la musculatura de la zona.
- Aprender a integrar dicha musculatura en la vida cotidiana: protegerla para evitar el debilitamiento progresivo, trabajarla en distintos momentos del día y utilizarla durante las relaciones sexuales de forma que estas sean más placenteras.
- Ejercitar la contracción de la musculatura del suelo pélvico de forma aislada, sin contraer simultáneamente glúteos o de cuádriceps.
- Fortalecer y ganar resistencia en la musculatura de suelo pélvico a través de distintas técnicas.
Habitualmente, y cada vez más, se hace un trabajo completo del suelo pélvico antes, durante y tras el embarazo, para preparar a la mujer para el momento del parto:
- Evitamos que se lesione el suelo pélvico y preparamos la musculatura abdominal para que la mujer pueda colaborar al máximo durante los pujos del parto. Todo ello con el fin de que la salida del bebé se produzca de forma rápida, controlada y sin daños).
- Los ejercicios de estabilización lumbo–pélvica durante el embarazo mejoran la estabilidad y el equilibrio de la región lumbar, reduciendo los riesgos de dolor de espalda.
- Evitamos desgarros o que haya que hacer una episiotomía, en la medida de lo posible, mediante la preparación de la musculatura, ligamentos y fascias del suelo pélvico para el gran estiramiento que van a soportar durante el momento del parto.
De la misma forma, el trabajo post-parto es importante ya que en ese periodo el suelo pélvico ha sufrido un estiramiento máximo durante la salida del bebé y es necesario recuperar la tensión y la fuerza de los músculos abdominales ya que son indispensables para la correcta estabilidad de la columna y la sujeción de los órganos.
Para todo esto, es necesario hacer una buena valoración de esta zona de una manera individualizada. Si tienes alguna duda o quieres ahondar un poco más en el tema, puedes ponerte en contacto con nosotros.
